“El reconocimiento del voto de personas extranjeras con residencia permanente como fortalecimiento de la democracia constitucional”

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Conseguir tener un sistema representativo equilibrado es una tarea complicada. Dicha labor se vuelve todavía más difícil al tratar de homologar un sistema que cumpla con satisfacer las necesidades de todas las personas. Desde las polis griegas en el siglo V a.C., hasta el nacimiento del concepto “Estado” como medio de sistema de organización equitativo el debate de la democracia como la “mejor opción” o el “menos mal de los males” ha sido una constante.
La posterior aparición de conceptos como soberanía, voluntad, potestad, y la identificación de su titular ha creado variantes en la forma de ver la democracia. Sin embargo, no fue hasta la aparición del derecho de voto que el sistema democrático pudo encontrar su mayor apogeo. Los Estados modificaron las formas de llevar a cabo sus funciones y por medio del sistema de elecciones encontraron una manera más o menos “justa” al momento de organizarse. El problema fue que del mismo modo este reconocimiento del derecho al voto aunado a la noción tradicional de la soberanía se volvería exclusivo de cierta calidad ciudadana. Es así como el derecho al voto generaría por un lado un sistema de organización más apegado a las necesidades sociales y menos “impositivo”, pero al mismo tiempo estas solo corresponderían a cierta calidad ciudadana.
La presente investigación parte del análisis del derecho al voto y su papel dentro del sistema democrático como medio para integrar las necesidades sociales. El derecho de voto trata de incluir a la población en la toma de decisiones y con el paso del tiempo ha ido incluyendo a colectivos que sistemáticamente han sido separados de sus derechos. Ejemplo de ello es el caso del voto de la mujer, el reconocimiento como ciudadano de los esclavos y la raza negra y, por último, la protección de la participación de pueblos indígenas.
Sin embargo, la democracia y la noción actual del sistema representativo en México se ha ligado a la corriente ideológica de los derechos humanos a partir de la reforma constitucional del año del 20111 y, por tal motivo, la presente investigación tiene como objetivo examinar la falta de reconocimiento del voto de uno de los colectivos históricamente excluidos: las personas extranjeras.
La calidad de extranjería forma parte de la actual limitante para votar, que se contempla dentro del artículo 36 constitucional, el cual excluye de cualquier participación política a las personas extranjeras. Cabe resaltar que esta calidad de extranjería no define excepciones a pesar de que existan personas extranjeras que cuentan con una residencia permanente y que, además de aportar fiscal y laboralmente, cuentan con toda la papelería en tiempo y forma para poder vivir en México.
Considero que, al menos desde el campo de la discusión académica, debe de existir un análisis de las restricciones del voto y cuestionar si estas son proporcionales al punto de negar este derecho por la calidad de extranjería. De la misma forma la inquietud sobre el tema creció a raíz de la apreciación de una falta de discusión en México en torno al tema, pues parece ser un tabú dentro del debate académico y una especie de blasfemia para el concepto de la soberanía nacional. Por tal motivo, es impactante que, en pleno contexto de “inclusión”, la agenda nacional no ha visibilizado o siquiera ha tenido algún acercamiento que logre explorarlo.

Tesis FINAL abril 2022


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